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¿A
qué Temperatura se sirve el Vino? ¿Cuál elegir?
Aunque
existen unas reglas generales a la hora de adecuar los vinos a los
platos que vas a servir, la elección del vino también es un arte, por lo
que podrás hacer uso de tu buen gusto y de tus preferencias, sobre todo
si piensas servir un solo vino.
Si se trata de un banquete, necesitarás dos o tres vinos: un
blanco para los entrantes y pescados, un tinto para las
carnes y un champán o un blanco dulce para los postres.
Naturalmente que el orden del menú determinará el orden de los vinos,
pero debes tener siempre presente que los vinos ligeros deberán preceder
a los vinos con cuerpo, el vino más joven al más viejo, y los secos a
los dulces, que servirás preferentemente con los postres.
Las reglas convencionales sobre cómo debe servirse el vino y a qué
platos debe acompañar tampoco deben ser ignoradas, ya que son fruto de
la experiencia y te serán de una inestimable ayuda a la hora de hacer
una buena elección. Con un plato de marisco se debe servir un
blanco ligero, a poder ser con aguja; con los pescados y las
frituras, un blanco con más cuerpo.
Las carnes y las
aves se adecuarán maravillosamente a un tinto ligero; y
los platos de caza requerirán un tinto más fuerte, tipo
Ribera de Duero, Rioja añejo o un Borgoña francés. Para los postres de
cocina, deberás elegir un champán o un vino dulce. Sin
embargo, debes tener siempre presente, que con respecto al champán hay
muchas opiniones. Hay quien opina que debe tomarse durante o antes de la
comida, a modo de aperitivo, en vez de hacerlo al final.
Una vez elegido el vino, lo primero es comprobar que se encuentra en
buenas condiciones. Si la elección es una cuestión de gusto, no lo es
tanto la temperatura, con respecto a la cual es importante que te
atengas a las reglas si no quieres echar a perder un buen vino.
La
elección debes planearla por anticipado, ya que necesitarás tiempo para
que el vino se enfríe, si has de servirlo frío, o adquiera la
temperatura ambiente si se trata de un tinto. No es aconsejable
meter el vino en el congelador, por haber tomado la decisión
demasiado tarde, ni sumergirlo en agua caliente cuando se comprueba que
tu bodega no estaba a la misma temperatura que el comedor.
La temperatura ideal para un champán o un blanco semidulce es
6-8 °C; un blanco seco deberá estar a 8-10 °C,
y lo mismo puede decirse para un rosado. En cuanto a los tintos,
se recomienda una temperatura de 14-18 °C. El ideal para los
vinos que vayas a servir fríos es colocarlos en un cubo destinado al
objeto, en el que pondrás hielo picado.
Otra cosa que deberás tener en
cuenta es que los vinos tintos añejos necesitan decantación,
para eliminar el sedimento que se habrá depositado en el fondo de la
botella y permitir que el vino se oxigene. Para ello, unos 10 minutos
antes de servir la comida, deberás trasvasar el vino a una jarra de
cristal, dejando un poco en la botella, junto con el sedimento. Y,
aunque son pocos los tintos que necesitan esta operación, la mayoría
agradecerán este pequeño «respiro» antes de ser saboreados.
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